El norte de Francia es probablemente una de las zonas más desconocidas de Francia. De hecho, consultando varias guías de viaje me dí cuenta de que muchas ni siquiera incluían estas regiones (Paso Norte de Calé y Picardía). Aunque la mayoría de turistas sueñan con conocer París, la Costa Azul o Bretaña y Normandía, esta ruta por Lille, Amiens y la conocida como costa del Ópalo seguro que te va a sorprender.

Lille – Costa del ÓpaloAmiens

Mapa Ruta por el Norte de Francia

Ruta en coche por el norte de Francia

Cómo llegar al norte de Francia

Para comenzar esta ruta en coche por el norte de Francia podemos volar a dos aeropuertos: el aeropuerto de Bruselas, a 1.30h en coche de Lille, o al aeropuerto de París. En ese caso esta ruta comenzará en Amiens, a 2h conduciendo de París.

Lille: Qué ver en un día

Nosotros comenzamos nuestra ruta en Lille, una ciudad perfecta para comenzar a descubrir el norte de Francia, con múltiples opciones de alojamiento y muchas cosas que ver. Nosotros nos alojamos en un airbnb a las afueras de la ciudad, en una zona con fácil aparcamiento.

Lille Francia

Un día en Lille, Francia

  • Grand Place
  • Ópera
  • Vieille Bourse
  • Catedral de Notre Dame de la Treille
  • Le Vieux Lille
  • Pastelería Meert
  • Pastelería Maison Georges Larnicol
  • Pastelería Aux Merveilleux de Fred

Comenzamos el día en la estación de tren de Lille, donde nos dejó el tranvía. Muy cerca se encuentra el centro comercial Euralille, donde podéis hacer la compra o ir de tiendas. Desde allí nos dirigimos a la Grand Place, donde comenzamos nuestra visita por el distrito histórico de la ciudad. Este recorrido recorre los puntos más bonitos de la ciudad: la Ópera, la Vieille Bourse (la Bolsa), la Catedral de Notre Dame de la Treille y el barrio más bonito de la ciudad, Le Vieux Lille.

Una de las cosas que más nos gusta cuando visitamos Francia es disfrutar de su deliciosa comida, así que aprovechamos para probar algunas de las mejores pastelerías de Lille. Si como a nosotros los dulces te vuelven loco no dejes de visitar nuestras 3 favoritas:


Meert. Esta pastelería lleva desde 1761 endulzando la vida a los ciudadanos de Lille. Jefes de Estado, aristócratas, artistas… se han rendido a los placeres de Meert. Su local en Lille, además de tienda, cuenta con un salón de té y restaurante. Los gaufre à la vanille son su producto más famoso, aunque yo recomiendo probar sus pasteles. El Millefeuille, una milhoja rellena de crema, nos encantó.
Maison Georges Larnicol. Niños y mayores disfrutarán como nunca eligiendo entre los diferentes dulces y chocolates que ofrece esta tienda. No os vayáis sin probar los Kouignetterie, especialmente el de caramel au beurre, nuestro favorito.
Aux Merveilleux de Fred. Este es el sitio perfecto para probar las famosas tartas Merveilleux, elige sus mini versiones para poder probar más sabores. Los brioches de esta pastelería también son deliciosos, especialmente si puedes comerlos recién hechos, cuando aún están calientes.

Roubaix y Arrás

La Piscine Roubaix Francia

Nuestra siguiente parada en nuestra ruta por el norte de Francia fueron estas dos pequeñas ciudades, que visitamos en un día. Por la mañana visitamos La Piscine, en Roubaix, un pequeño museo construído en una antigua piscina, curioso, ¿no? La piscina cubierta fue construida en los años veinte y se conserva tal cual, con sus duchas, sus vestuarios, sus vidrieras…, todo en estilo Art Decó. Un espacio increíble que vale la pena visitar.

Para comer elegimos el restaurante Pancook, donde probamos uno de los platos típicos de la zona: Welsh Rarebit. ¿Y en qué consiste el welsh? Pues nada más y nada menos que en una fina rebanada de pan mojada en cerveza y cubierta por una montaña de queso Maroilles, típico de la zona, derretido con semillas de mostaza. A la receta se le puede añadir jamón de York y un huevo frito encima, y se suele servir con patatas fritas y ensalada. Sabroso, contundente y muy recomendable si te encanta el queso.

Por la tarde conducimos hasta Arrás, una pequeña ciudad al sur de Lille. Su centro histórico es bonito, aunque bastante reducido, así que apenas nos llevó una hora recorrerlo. Como aún era pronto, decidimos acabar el día visitando los Carriere Wellington, un museo bajo tierra construido dentro de los túneles que el ejército Británico cavó durante la I Guerra Mundial.

Escenarios II Guerra Mundial

  • Australian National Memorial near Villers-Bretonneux
  • Cráter de mina de La Boisselle
  • Pozieres British Cemetery
  • Welcome Center and Thiepval site museum
  • Beaumont-Hamel Newfoundland Memorial

En nuestro viaje incluimos una pequeña ruta por escenarios de la I Guerra Mundial. En esta zona de Francia tuvo lugar una de las batallas más famosas, la batalla del Somme. La ruta recoge diferentes cementerios y memoriales dedicados a soldados de diversas nacionalidades, todo ello en un paisaje rural idílico. Si te gusta la historia, seguro que esta ruta te parece de lo más interesante. Además, si la realizas a última hora no encontrarás prácticamente a nadie y podrás ver estos escenarios en silencio, sin distracciones, toda una experiencia en mitad de interminables campos verdes.
Aquí te dejo el enlace de la ruta para que puedas realizarla. Si quieres entrar a los monumentos y memoriales, lo mejor es consultar antes los horarios.

Costa del Ópalo y Boulogne-sur-mer

Le Cap Gris-Nez francia

Conducir a lo largo de la costa del Ópalo fue uno de los puntos de la ruta más divertidos. El paisaje aquí es tan espectacular que incluso con el día tan gris que nos tocó pudimos disfrutar de unas vistas únicas. Nuestras paradas favoritas fueron Le Cap Gris-Nez y Le Cap Blanc-Nez, el punto más cercano entre Francia e Inglaterra. De hecho, en un día claro se pueden ver los acantilados de Dover. Entre los distintos pueblos en los que parar a lo largo de la costa, nos quedamos con Boulogne-sur-mer, que entre otras atracciones cuenta con el aquario más grande de Europa, el Nausica. Calais y Dunquerque son otras dos paradas que se pueden incluir en esta ruta por el norte de Francia.

Amiens: qué ver en la ciudad

Catedral Amiens

La catedral de Amiens es sin duda la joya de la ciudad, un monumento Patrimonio de la Humanidad por el que bien vale la pena conducir desde Lille más de 1.30h. La catedral es visible prácticamente desde cualquier punto, así que llegar hasta ella resulta bien fácil, de hecho todas las callecitas del centro conducen hasta la plaza en la que se levanta este edificio gótico. La entrada es gratis y, como la mayoría de catedrales católicas, su interior es espectacular, especialmente el juego de arcos de las naves y sus vidrieras.

Tras una parada en el restaurante Big Ben, a los pies de la catedral, nos acercamos a visitar la Casa Museo de Julio Verne. El escritor se trasladó a Amiens, la ciudad de su mujer, después de casarse, y mandó construir esta bonita casa que hoy le homenajea a través de sus obras. Mi sala favorita fue la que hace referencia a La vuelta al mundo en 80 días y muestra el despacho de Verne. Muy curioso ver su biblioteca, con las obras que consultaba para escribir sus libros. Para los que venís con bebés deciros que los carritos hay que dejarlos a la entrada, ya que no están permitidos durante la visita.

Aquí, en Amiens, termina nuestra ruta por el norte de Francia, un viaje que sin duda nos sorprendió por sus bonitos paisajes, su pasado y su rica gastronomía. Espero que tú también lo disfrutes tanto como nosotros.