Ruta Los Ángeles: qué ver en un día
Los Ángeles es uno de esos lugares sobre los que todo el mundo tiene una opinión, generalmente o muy buena o muy mala, porque esta no es una ciudad que deje indiferente a nadie.
Tanto si eres un amante como un detractor, lo que no se puede negar es que a la hora de decidir qué ver en Los Ángeles uno tiene mucho que ver. La ciudad ofrece muchas caras, desde el lado decadente de Venice Beach, al turisteo elevado a la máxima expresión de Hollywood Boulevard o la opulencia de Rodeo Drive. Aquí te cuento lo que no querrás perderte si pasas un día en Los Angeles.
¡Llegamos a Los Ángeles!
Después de haber estado conduciendo tranquilamente por la costa en nuestra ruta por California, llegar a Los Ángeles fue un shock, ¿de dónde habían salido tantos coches? Nuestro hotel estaba a apenas unas manzanas de Hollywood Boulevard, así que fue llegar y tener que meternos en todo el mogollón, como Preciados en Navidad. Yo, desde mi asiento de copiloto, no podía dejar de mirar alucinada todo lo que pasaba a mi alrededor, mientras que mi pobre marido, con cara de “en menuda me he metido”, no sabía ni por dónde girar.
Por fin llegamos al hotel, el Days Inn Hollywood. La zona en la que estaba el hotel no tenía mala pinta del todo, aunque tampoco daban ganas de salir a pasear después del anochecer. Aunque creo que esa sensación se tiene en cualquier barrio de Los Ángeles. Tras dejar el coche en el párking y hacer el check-in con una anciana recepcionista de esas que parecen gruñonas pero luego no lo son tanto, dejamos las cosas en la habitación y nos dispusimos a conocer la ciudad.
Hollywood Boulevard
Hollywood Boulevard estaba ese día, que era festivo (Labour Day), hasta la bandera. Lo primero que nos paramos a ver fue el hotel Roosevelt, un lugar icónico del viejo Hollywood por el que desfilaron todas las grandes estrellas del momento.
Desde ahí, a duras penas conseguimos llegar hasta el Teatro Chino, donde nos hicimos las típicas fotos con las huellas de zapatos y manos de actores y subimos por las escaleras del centro comercial que hay entre este teatro y el Teatro Kodak.
Andando por los diferentes restaurantes y tiendas de esta zona llegamos a una barandilla donde se arremolinaba la gente. Sin saber muy bien qué miraba todo el mundo nos acercamos, y cuál sería nuestra sorpresa al encontrarnos con el mismísimo cartel de Hollywood.
Es verdad que esta no es la mejor localización para verlo, pero quizá por encontrarse en el mismo punto donde se entregan los Oscars cada año, la vista desde aquí tiene mucho simbolismo. Para poder verlo desde más cerca os podéis acercar a este punto: 3204 Canyon Lake Drive Hollywood, CA 90068.
Como ya era la hora de comer entramos en uno de los restaurantes del centro comercial, la cadena de hamburgueserías Johnny Rockets, ambientada en los años 50, y como no podía ser de otra manera nos pedimos una hamburguesaca y un batido para acompañar.
Después continuamos por el boulevard viendo las estrellas del suelo, entrando a la tienda Hard Rock, la chocolatería Ghirardelli, la tienda Disney… vamos, en los cuatro sitios típicos que hay en esta calle. Aunque uno no puede venir a Los Ángeles y no acercarse aquí, la verdad es que Hollywood Boulevard nos dejó un poco de aquella manera. «¿Así que esto es todo?», nos fuimos pensando de camino al hotel a recoger el coche.
Rodeo Drive
Nuestra siguiente parada en nuestro día en Los Ángeles fue la famosa Rodeo Drive. Cual Pretty Woman, nos dedicamos a pasearnos por estas calles repletas de tiendas de lujo y echar un vistazo a sus escaparates. Aunque hay que decir que, más que mirar escaparates, lo más divertido que se puede hacer por aquí es dedicarse a echar un vistazo a la gente que pasea por el barrio. Eso sí que no se ve todos los días.
Venice Beach
Aunque en un principio la distancia no parecía tanta, la verdad es que no llevó un buen rato llegar en coche hasta Venice Beach y aparcar, porque como ese día era festivo y hacía bastante calor todo el mundo se había venido a la playa.
Según uno se va acercando a Venice Beach se va haciendo más evidente ese pasado alternativo del que disfrutó en los 70, y uno puede llegar a imaginarse a los Doors paseándose por el barrio. Sin embargo, de ese pasado glorioso y transgresor queda muy poco. Hoy en día Venice Beach es algo así como un Candem Town casposo y cutre al pie de la playa, plagado de gente que parece salida de un reality.
De hecho, cuando este tipo de programas necesitan gente es aquí donde vienen a buscarla. Así que después de dar una vuelta por los diferentes puestos y ver Muscle Beach (donde solía entrenar Schwarzenegger), nos acercamos a las casas de canales de Venice Beach, un conjunto de casitas de madera divididas por puentes que parece una pequeña Venecia, y a la enorme playa que hay en esta zona.
Santa Mónica
Para acabar el día decidimos visitar el muelle de Santa Mónica. Aparcamos un poco lejos y nos acercamos paseando por la playa, la típica estampa californiana que hemos visto mil veces en los Vigilantes de la playa, con sus casetas, sus boyas rojas y demás.
En el muelle de Santa Mónica se encuentra la señal del final de la ruta 66, además de varios puestos de comida, un mercadillo y atracciones de feria, entre ellas una enorme noria que ofrece unas impresionantes vistas de la playa. Nosotros llegamos justo al atardecer, y la verdad es que el muelle estaba de lo más animado, con un montón de gente celebrando Labour Day, que viene a marcar el fin del verano.
Después de dar una vuelta y probar las famosas palomitas Popcornopolis (las tienen de varios sabores, queso, chocolate, caramelo), por las que pagamos nada menos que 6$, nos volvimos al coche corriendo porque se nos pasaba la hora del ticket del párking. Aunque la verdad es que nos habríamos quedado un rato más disfrutando de Santa Mónica.
Para acabar el día nos pilló lo inevitable en un festivo al volver de la playa, un inmenso atasco a la entrada de Los Ángeles, otra de las típicas cosas de esta ciudad. Como no hay mal que por bien no venga, el GPS nos desvió por el interior de la ciudad en lugar de ir por la autopista y tuvimos la oportunidad de ver otros barrios de Los Ángeles.
Yo no sé el rato que tardamos, pero la verdad es que el paseo por esas calles desangeladas, más parecidas a un polígono industrial que a una ciudad, con los grandes carteles de los últimos estrenos de cine como grandes protagonistas, fue una manera curiosa de terminar nuestra visita a Los Ángeles.
Un aporte muy interesante. Gracias por la información. Reciba un cordial saludo.